El contagio del emprendimiento entre los jóvenes
El contagio del emprendimiento entre los jóvenes
La creatividad, el impulso y la resiliencia del emprendedor siempre han estado ahí para transformar su realidad.
Cuando los miembros de mi generación estábamos por terminar nuestros estudios de universidad, nuestra gran preocupación era buscar empleo y lo que cruzaba por nuestra cabeza era conseguir trabajo en alguna empresa de prestigio, que ofreciera oportunidades de desarrollo, así como cierta estabilidad económica. Otros compañeros, cuyos padres tenían negocios, muy probablemente pasarían a formar parte del negocio familiar, mientras que quizá el número menor correspondía a aquellos que querían aventurarse poniendo sus propios negocios. No sé si eran los aires de esas épocas, o lo que se inculcaba en el modelo educativo imperante o en el seno familiar, o quizá simplemente fue la aversión a emprender, después de haber visto el paso de crisis económicas recurrentes en los años 70, 80 y 90, lo que llevó a dicha situación.
Cuando uno voltea a ver hoy en día, la gran cantidad de emprendimientos que se han dado en la última década, impulsados por jóvenes en su mayoría de los casos entre los 20 y 30 años, uno no puede más que alegrarse por ese gran espíritu de innovación, de cambio, de disrupción y del deseo de estas generaciones de forjar su propio destino profesional y al mismo tiempo dar respuesta a tantos temas de tipo social y ambiental, con el que no están satisfechos.
Los que vivimos en México sabemos que nuestro tejido empresarial y laboral depende en buena medida de las MiPymes, es decir de las pequeñas y medianas empresas que hoy representan el 97% de las empresas en México, ofrecen el 79% del empleo y generan ingresos que representan el 24% del producto interno bruto. Estas empresas fundadas por emprendedores tienen desgraciadamente un ciclo de vida muy arduo y difícil, debido a numerosas circunstancias, que hacen que 75% de las nuevas empresas no pasé de los 2 años de vida.
Retos del emprendedor
Los retos para un emprendedor son mayúsculos, ya que no sólo debe tener la capacidad y la voluntad del emprendimiento, sino debe ser capaz de desarrollar un negocio alrededor de un producto o servicio distintivo y poder ofrecerlo en condiciones competitivas. En adición a lo anterior, debe ser un “Líder Integral”, ya que deberá inspirar a personas además de tener conocimientos de negocios, de finanzas, de operaciones, de mercadotecnia, de temas legales y fiscales, entre muchos otros, para poder navegar y ser exitoso en ese rol tan complejo. Y por si fuera poco, deberá además de contar con un capital propio o de amigos y familiares para poderlo arriesgar.
En la gran mayoría de los países del orbe, el gobierno y la sociedad civil, incluyendo a las universidades y centros de enseñanza, han buscado crear y desarrollar ecosistemas para apoyar el surgimiento y desarrollo de emprendedores, dada la relevancia que estos tienen sobre el empleo y la actividad económica. Estos ecosistemas deben ser capaces de ofrecer condiciones adecuadas que permitan: i) desarrollar y ampliar el número de emprendedores, ii) ofrecerles acceso a capital de riesgo y financiamiento , iii) otorgarles apoyos de Gobierno ya sea vía estímulos económicos o fiscales, etc., y iv) lograr dar impulso y creación de ideas desde las universidades y centros docentes, entre muchas otras.
En México en el 2013 se creó el “INADEM – Instituto Nacional del Emprendedor” con la idea de fomentar el desarrollo de emprendedores y creación de negocios. A través de una serie de medidas implementadas en el ciclo 2013-2018, que incluyeron labores de fomento al desarrollo y capacitación de emprendedores, apoyos para la creación de empresas y el acceso a recursos para las mismas, ya sea vía fondos de capital, de financiamiento y/o otorgamiento de garantías, entre michas otras medidas, es que se logró beneficiar a cerca de 1.6 millones de emprendedores, además de apoyar la creación y desarrollo de más de 30,000 empresas.
He escuchado voces críticas sobre el éxito de este programa y de muchos otros programas semejantes, ya que se considera que los resultados en ocasiones son magros. Lo anterior puede haber sido el resultado de programas con objetivos inadecuados o mal planteados, o simplemente errores en la instrumentación o ejecución de estos. En específico una de las críticas de falta de éxito estaba asociada a que se privilegió la creación de negocios, pero no la permanencia de los mismos, así como la falta de vinculación de estos negocios con el sector productivo, entre muchas otras.
Sin duda cualquier acción de política pública debe buscar lograr un objetivo, y hacerlo de la manera más eficiente posible; aún si los resultados no fueron los esperados, aplaudo el interés del gobierno y de la sociedad civil de buscar fomentar y desarrollar ecosistemas que nutran el tejido emprendedor. Hoy que en México se ha mermado el apoyo desde el lado gubernamental, sin duda se echan de menos dichos recursos al perderse su enorme capacidad multiplicadora.
Recursos para el emprendimiento
Es innegable que la tecnología, el internet y la digitalización han sido factores que han acelerado y permitido un desarrollo más rápido del ecosistema emprendedor a nivel mundial, ya que hoy con mucha facilidad un joven puede lanzar un negocio, con menores necesidades de capital, sin necesidad de oficinas físicas, ni de locales comerciales, pudiéndolo hacer desde la comodidad de su casa y utilizando plataformas desarrolladas por terceros o Marketplaces que le permiten llegar al consumidor final.
Asimismo, se ha desarrollado una red gigantesca de apoyo a emprendedores, entre los que se encuentran las incubadoras y aceleradoras de negocios, que ofrecen a grupos selectos de emprendedores, acceso a capital semilla para emprender, y asimismo acceso a una red de asesores y mentores que les apoyarán para el desarrollo de sus ideas y así llegar lo antes posible a un “Minimum viable product– MVP” que llegue al mercado en forma exitosa, además de ayudarles en etapas posteriores.
Comúnmente las incubadoras y aceleradoras seleccionan a grupos de 30-40 emprendedores con quienes trabajarán arduamente por periodos de tiempo acotados hasta lograr graduarles. Estos mentores en ocasiones pueden trabajar sin costo alguno para el emprendedor, al contar las mismas con apoyos de entidades filantrópicas, o hacerlo mediante un cobro por servicios a través de solicitarle al emprendedor un porcentaje del capital de su negocio. Se estima que existen a nivel mundial más de 7,500 incubadoras y 600 aceleradoras de negocios.
Desde el lado del acceso a recursos, existen hoy un número muy importante de entidades dispuestas a otorgar financiamiento vía deuda y/o capital, para apoyar al emprendedor desde etapas muy tempranas (pre-semilla o semilla) a través de inversionistas ángeles (family offices, friends and families o individuos de alto patrimonio, entre otros). Posteriormente estos inversionistas dejarán su lugar a fondos de capital de riesgo o “Venture capital” de corte más institucional, que podrán apoyar desde esas etapas semilla hasta etapas de crecimiento y desarrollo, pudiendo llegar hasta el momento de una oferta pública o salida a través de fusiones y adquisiciones.
Este mercado de capital privado de Venture Capital ha crecido a un ritmo impresionante y tan sólo en el 2021 aportó a cerca de 33,000 emprendedores la suma de $ 624,000 millones de dólares, y tan sólo en Latinoamérica el monto de inversión alcanzó los $ 20,000 millones de dólares para cerca de 1,000 operaciones.
Es indudable que el desarrollo de toda esta red de profesionales cuya labor es la de apoyar en lo financiero y en el desarrollo de modelos de negocio (estratégico/operativo/mercadeo/recursos humanos) ha propiciado un mayor éxito en un número cada vez mayor de emprendedores. Aunque en los medios se le da mucha importancia a aquellos emprendedores que logran crecer sus negocios y lograr valoraciones como “unicornios”, considero que esto eclipsa la amplísima labor de cientos de miles de emprendedores que están materializando sus sueños y ofreciendo soluciones que resuelven de mejor manera las necesidades de gigantescas clases bajas y medias a nivel mundial.
La creatividad, el impulso y la resiliencia del emprendedor siempre han estado ahí para transformar su realidad, pero no hay ninguna duda, que la existencia de este ecosistema de apoyo ha permitido que un mayor número de estos emprendedores logren la supervivencia y el éxito. Hoy en las nuevas generaciones, un número cada vez mayor de personas busca abrirse paso en la vida como emprendedores, circunstancia muy diferente a lo que vivimos los de mi generación.
Autor: Octaviano Couttolenc
Inversiones PSM
Categorised in: Emprendimiento
Redacción: Impactuando